sábado, 28 de mayo de 2011

Leonora Carrington, adiós a los 94 años

La pintora Leonora Carrington ha fallecido de una neumonía en un hospital de la ciudad de México a los 94 años. La surrealista Carrington convivió con nombres como André Breton, Pablo Picasso, Max Ernst, Salvador Dalí, Octavio Paz, Remedios Varo, Luis Buñuel y Joan Miró. Nacida en una familia de industriales textiles en Lancashire, Reino Unido, en 1917, vivía en el país norteamericano desde hace casi 70 años. La joven Leonora pasó por varias escuelas religiosas, pero no encajó en ninguna por su espíritu rebelde. Carrington estaba casada con Imre Weisz, fotógrafo de origen húngaro, con quien tuvo dos hijos.
Antes, la pintora y también escritora sostuvo una relación amorosa con Max Ernst (1891-1976), quien la llevó a vivir tres años a París, donde participó en 1938 en una magna exposición con otras figuras del movimiento. Poco después, los nazis invaden Francia y el pintor alemán es detenido y trasladado a un campo de concentración. Entonces ella, desesperada, huyó a España primero y luego a Lisboa, ciudad en la que conocería a un escritor mexicano, Renato Leduc, con quien se desposó y marchó a vivir a México en 1941. Solo dos años después se divorciaron.
La escritora Elena Poniatowska, su amiga durante más de 50 años, ganó hace unos meses el premio Biblioteca Breve 2011 de Seix Barral con un libro sobre la vida de la artista titulado Leonora. Cuando publicó su libro, Poniatowska -que la consideraba tan grande como Frida Kahlo- dijo que "a Leonora no le interesaba nada de lo que se escribía sobre ella". Incluso dudaba que su amiga fuera a leer la obr. La escritora contaba que a Carrington, cuando le hacían un homenaje, "la mataban" porque "la subían a un estrado", le hablaban de Max Ernst, "un tema del que ella está superaburrida", y encima no la dejaban fumar.
Solitaria y reservada
Mujer solitaria y muy reservada, Carrington le contó a su amiga vivencias aterradoras, como cuando ingresó en un manicomio en Santander porque había perdido la cabeza a raíz de que su amor, Max Ernst, fuera detenido en Francia y trasladado a un campo de concentración. Ella llegó a alquilar un apartamento cerca del campo de concentración para poder visitarlo.
"La novia del viento", como la llamaba Ernst, logró "desarrollar su lenguaje pictórico, determinado por diversos temas como el mito céltico, el simbolismo alquímico, el gnosticismo, la cábala, la psicología junguiana y el budismo tibetano", publicó en 2003 la revista Artstudio Magazine.
De ella dijo el Nobel mexicano Octavio Paz que era "un personaje delirante, maravilloso", "un poema que camina, que sonríe, que de repente abre una sombrilla que se convierte en un pájaro que se convierte después en pescado y desaparece", informa Efe.
Algunas de sus obras más conocidas son The Inn of the Dawn Horse (autorretrato), 1936-37; Green Tea, 1942; Temptation of St. Anthony, 1946; And Then We Saw the Daughter of the Minotaure, 1953; The Magus Zoroaster Meeting his Own Image in the Garden (Brothers in Babylone), 1960, y March Sunday, 1990. Mientras que entre sus libros destacan La Casa del miedo, Memoria oval, Memorias de abajo, La puerta de piedra, El séptimo caballo y La trompeta acústica.
Entre otros reconocimientos, la reina Isabel de Inglaterra la condecoró con la Orden del Imperio Británico. En 2005, cuando estaba a punto de cumplir 90 años, declaro: "La idea de pintar o escribir algo surge así nomás, como cocinar o coser algo. Es un momento y ya, viene de manera natural".
El pasado abril, en la apertura de una exposición de figuras de bronce de Carrington, su hijo Gabriel Weisz dijo que "hay un pensamiento sagrado que nada tiene que ver con la religión, ese pensamiento es el que brota en la pintura de Leonora. Es un sagrado invento que se acerca a la pasión de sentir y al descubrimiento de un ojo nuevo, el que tenemos escondido y hasta olvidado", según publicó La Jornada.
Fuente: http://www.elpais.com/articulo/cultura/pintora/surrealista/Leonora/Carrington/fallece/Mexico/94/anos/elpepucul/20110526elpepucul_11/Tes

viernes, 27 de mayo de 2011

María Gutiérrez Blanchard (1881-1932)

El 6 de marzo de 1881 nació en Santander María Gutiérrez Blanchard, primogénita del matrimonio formado por Enrique Gutiérrez Cueto y Concepción Blanchard Santisteban. María nació con una deformidad, producida por una caída sufrida por su madre durante el embarazo. Su joroba, cojera, enanismo y miopía marcaron su vida convirtiéndola en una persona solitaria, pese a los cuidados y la atención constante con la que sus padres quisieron recompensarle.
Pronto empezó a mostrar grandes dotes para el dibujo y su padre aceptó que María se trasladara a Madrid para estudiar con el pintor Emilio Sala, en 1902.
Tras la muerte de su padre, en 1904, la familia se trasladó a Madrid y María continuó sus estudios de pintura con diferentes maestros.
En 1906 presentó su obra "Gitana" a la Exposición Nacional de Bellas Artes, y en 1908 obtuvo la Tercera Medalla por su obra "Los primeros pasaos".
En 1909 se trasladó a Paris, donde asistió a la Academia Vitti, con Hermen Anglada Camarasa, que le enseñó a superar el academicismo y usar libremente los colores, y Kees Van Dongen, que le acercó a la estética fauvista, como profesores.
En 1910 obtuvo la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su cuadro "Ninfas encadenando a Sileno".

En Paris, donde siguió viviendo los años siguientes, María mantuvo estrecha relación con los pintores Diego Rivera, Angelina Beloff y Jacques Lipchitz, con quienes se encontraba de viaje en Mallorca cuando les sorprendió el estallido de la I Guerra Mundial, en 1914.
Ante la imposibilidad de regresar a Paris, el grupo se traslada a Madrid, donde María comparte estudio con Diego Rivera, en la calle Goya, y se encuentra con los pintores Marie Laurencin, Foujita y el matrimonio formado por Robert y Sonia Delaunay.
En 1915 Ramón Gómez de la Serna organizó la exposición Pintores Integros, primera muestra de Arte de vanguardia que se celebró en el Salón de Arte Moderno de Madrid, y en la que participaron, entre otros, Diego Rivera y la propia María Blanchard. La exposición fué un fracaso y su obra "Venus de Madrid", hoy en paradero desconocido, causó un gran escándalo.
Obligada por la precaria situción económica de su familia, María aceptó la cátedra de dibujo en la Escuela Normal de Salamanca, pero las burlas de sus alumnos respecto a su aspecto físico le hicieron abandonar la enseñanza y trasladarse definitivamente a Paris, donde se alojó en casa de su amigo Juan Gris y comenzó a integrarse en un nuevo movimiento artístico: el cubismo.
En 1918 conoció al galerista Leonce Rosenberg, propietario de "L'Effort Moderne", y a los pintores André Lothe, Francis Picabia y George Braque. Comenzó a exponer y fué bien considerada por la crítica. Participó en exposiciones internacionales y su obra se incluyó las muestras del Salon des Indépendants.
Pero María Blanchard fué abandonando poco a poco el cubismo e inclinándose hacia la figuración. Perdió el apoyo de Leonce Rosenberg y volvió a sufrir dificultades económicas, hasta que el mecenas belga Frank Flausch le ofreció un contrato mensual que le permitió seguir pintando y exponiendo hasta 1926, cuando su amigo y mecenas murió.
La muerte de su otro gran amigo, Juan Gris,en 1927, sus problemas de salud agravados por la tuberculosis y el hecho de tener que hacerse cargo de su hermana Carmen y sus sobrinos, que buscaron refugio en su casa, llevaron a María Blanchard a un gran aislamiento y a la búsqueda de consuelo en la religión, llegando a plantearse entrar como novicia en el convento de las Ursulinas de Paris, pero fué disuadida por su confesor.
Durante sus últimos años, su salud siguió empeorando y sus apuros económicos, teniendo que mantener a su familia, siguieron aumentando, lo que llevó a María Blanchard a caer en un delirio obsesivo, pintando flores de extraños colores.
María Gutiérrez Blanchard murió a los cincuenta y un años en su estudio de la calle Boulard de Paris, en abril de 1932.
Poco después Federico García Lorca escribió su "Elegía a María Blanchard", que él mismo leyó en el Ateneo de Madrid.
Fuente: http://mujeresenelarte.blogspot.com/2009/02/maria-blanchard-santander-1881-paris.html

viernes, 20 de mayo de 2011

Pettoruti y el arte abstracto. 1914 -1949

Malba presenta "Pettoruti y el arte abstracto. 1914 -1949", una selección de 37 obras realizadas por el artista argentino Emilio Pettoruti (1892-1971) durante la primera mitad del siglo XX. Curada por Patricia Artundo, esta exposición propone repensar la relación de Pettoruti con el arte abstracto, ineludible para comprender gran parte de su producción artística. La exposición será entre el 27 de mayo al 27 de junio el 2011
Info: http://www.malba.org.ar/web/exposicion.php?id=113&subseccion=actuales

martes, 17 de mayo de 2011

Entrevistas 1. Yayoi Kusama

A sus 82 años recién cumplidos, Yayoi Kusama (Matsumoro, Japón, 1929) no ha perdido ni el afán celebrativo ni la actitud rebelde que se esconden tras sus habituales pelucas de colores. Tampoco el espíritu utópico y anárquico que le acompaña desde niña. Detrás de los más de 150 dibujos, pinturas, collages, esculturas, instalaciones, películas y performances reunidas en la primera exposición retrospectiva en nuestro país que le dedica el Museo Reina Sofía, hay un único objetivo. "Quiero explorar mi propia humanidad y la visión del mundo. Establecer un camino para mi búsqueda de la verdad", explica Kusama definiendo su labor como artista. Ésta la lleva a cabo entre el hospital psiquiátrico de Tokio y su estudio, a pocos minutos de éste. En el primero vive desde hace más de veinte años; en el segundo, todavía hoy pasa largas jornadas de trabajo rodeada de grandes lienzos, brochas y pinturas. Yayoi Kusama, considerada la artista viva más famosa de Japón, continúa creando y ampliando el abanico de "espacios infinitos", como ella los llama, a los que debe su fama: instalaciones de gran formato donde reina la acumulación y la repetición, y en las que la artista versiona el topo blanco y rojo (colores auspiciosos, de celebración en la tradición japonesa, la "marca Kusama". En esos lunares, cuenta la artista, ve "energía y vida", dos de las obsesiones (tal vez también alucinaciones) que la mantienen en activo y que la llevarán, en 2012, al Pompidou de París, a la londinense Tate Modern y al Whitney de Nueva York.
PREGUNTA: Empecemos por el principio. ¿Por qué quiso ser artista?
RESPUESTA: Empecé a pintar a los diez años, cuando aparecieron las primeras alucinaciones, aunque no queda nada de esos cientos de dibujos. Mi madre, que odiaba que pintara, destruía todo lo que hacía. Era muy violenta, una mujer de negocios muy astuta y siempre ocupada con su trabajo. Siempre me obligaba a trabajar en el negocio familiar pese a tener exámenes. Me hacía sentir tremendamente insegura.
Carretera y manta
P.: Dada su vida familiar, no es de extrañar que se fuera de casa en cuanto pudo. Kioto fue la primera parada, para estudiar arte. Aunque la gran decisión vino cuando se fue a Nueva York en 1958, sin apenas conocer a nadie.
R.: Fui a Kioto simplemente para huir de la violencia de mi madre, aunque la escuela era demasiado conservadora y raramente asistía a clase. Me quedaba pintando en el dormitorio. Debido a que mi madre era contraria a que me convirtiera en artista, emocionalmente empecé a ser muy inestable y sufrir crisis nerviosas. Fue desde entonces que empecé a recibir tratamiento psiquiátrico. Al traducir el miedo de las alucinaciones en las pinturas, estuve tratando de curar mi enfermedad. Mi arte mantiene una estrecha relación con mi salud mental.
P.: ¿Cómo era la escena artística en Nueva York en los sesenta?
R.: En aquel entonces, había todo tipo de artistas. La guerra de Vietnam y otros temas sociales de la época ocuparon las mentes de la gente, la mía incluida, se convirtieron en una manifestación de energía creativa en toda la ciudad. Fue algo que marcó el resto de la historia del arte.
P.: Un año y medio después de su llegada a Nueva York llegó su primera individual con cinco grandes lienzos de uno de sus proyectos más elogiados y significativos, Infinity Nets. Son obras llenas de redes a raíz de un discreto movimiento de muñeca. A partir de entonces, las redes y los topos se convirtieron en dos de sus motivos principales. La exposición fue elogiada por críticos como Dore Ashton y Donald Judd, que la compararon incluso con Pollock.
R.: Empecé a asociarme con otros artistas que también estaban desarrollando nuevos tipos de pintura. Me hice amiga de Eva Hesse y Donald Judd. Cuando estaba luchando para ganarme la vida, mis amigos me decían: "Haz action painting, con eso podrás vivir". Pero yo hice exactamente lo contrario. Pinté Infinity Nets día tras día y, mientras las hice toda la habitación parecía haberse cubierto de redes. De ahí surgieron las Accumulation sculptures.
P.: Donald Judd dijo de sus pinturas que vaticinaban los principios del minimalismo. ¿Se considera una artista minimal?
R.: Yo soy una artista obsesiva. En aquella sociedad caótica de Nueva York, llena de jóvenes beatniks y hippies, los artistas luchábamos para sobrevivir con el objetivo de construir un mundo nuevo. Mis obras estaban inmersas en esas tendencias artísticas como el minimal y el pop, entre otros. Tuvieron un apoyo entusiasta de la sociedad de aquellos días y fueron pioneras en la escena artística de Nueva York.
P.: Entonces, ¿se considera una pionera del arte contemporáneo?
R.: Sí. Mis obras, llenas de vitalidad y que incorporan el concepto de repetición estereotipada y acumulación, han inspirado a muchos artistas.
Pocos medios y muchos formatos
P.: Además de las pinturas, esculturas e instalaciones, hizo performances, vídeos, moda...
R.: Por aquel entonces, tenía muchas ideas y problemas para saber qué hacer con ellas. En Body Festivals los participantes de este happening, desnudos, podían pintarse lunares unos a otros. Se realizaron decenas de acontecimientos en mi estudio y en espacios públicos de Nueva York. Algunos eran lugares "de autoridad", como el MoMA o Wall Street. Otros, como Tompkins Square Park y Washington Square Park se asociaron a la cultura psicodélica de la ciudad.
P.: Esas performances, donde aparecía en sitios públicos junto a hombres y mujeres desnudos cubiertos de lunares, son las más abiertamente políticas....
R.: He estado interesada en la política desde la infancia, probablemente porque mi abuelo era político. No hay nada más fascinante que la política.
P.: En 1973 regresa a Japón y en 1977 su vulnerabilidad psicológica la lleva a internarse voluntariamente en el hospital donde hoy vive. Desde entonces, lanzó su carrera literaria. ¿En su país, es más conocida como escritora que como artista?
R.: Tengo muchos fans de mis novelas, pero también soy conocida como artista, ya que he tenido muchas exposiciones allí y representé a Japón en la Bienal de Venecia de 1993.
P.: Tras un paréntesis de treinta años, volvió a crear instalaciones de gran escala, como I'm Here, but Nothing (2000) donde los puntos adhesivos de este interior doméstico pueden entenderse como una simplificación visual de sus alucinaciones. En los últimos años, ha vuelto al dibujo y la pintura. ¿Cómo define sus obras más recientes?
R.: Una batalla de ideas derivadas de la evolución de circunstancias personales. Una acumulación infinita de obsesiones.
El caso "Ai Wei Wei"
P.: Para alguien tan crítica como usted con la política, ¿qué opina de la detención de Ai Wei Wei?
R.: Cuando un líder chino de alto nivel visitó los Estados Unidos, le dio gran publicidad al sistema político y económico de la "Nueva China". Sin embargo, el tratamiento que están haciendo de Ai Wei Wei es muy preocupante, ya que equivale a coartar a los artistas que tratan de experimentar con nuevas ideas en el arte. Estoy segura que hay mucha gente en China que está involucrada en la reforma política y trata de construir una nueva era. Creo que China está tratando de desempeñar un papel de liderazgo en la sociedad internacional, al tiempo que oculta la verdad.
P.: ¿Y cómo ve la situación en Japón?
R.: Tras el reciente y devastador terremoto y tsunami que golpeó la parte noreste de Japón, los políticos han sido criticados por su forma inadecuada de manejar la situación, lo que ha provocado mucha desconfianza de la gente. Se dice que este tipo de desastre catastrófico sucede una vez cada 1.000 años.
Fuente: http://www.elcultural.es/noticias/ARTE/1611/Yayoi_Kusama

sábado, 14 de mayo de 2011

Louis Wain.La evolución de la esquizofrenia a través de sus dibujos de gatos

Louis Wain fue un pintor inglés de la época victoriana que logró una notable fama por sus dibujos de gatos antropomórficos. Wain empezó a dibujar felinos para entretener a su esposa, enferma de un cáncer que acabaría con su vida años después. Los gatos de Wein caminan, hablan, fuman y se ríen, y ocuparon tarjetas e ilustraciones de libros muchos años antes de que los mininos se convirtieran en mascotas caseras.
Pero los gatos de Wain empezaron a sufrir una mutación en torno a la 1910. Sus personajes dejaron de ser gatos que jugaban al golf para convertirse en criaturas inquietantes, de mirada salvaje y colores arrebatados. Por aquella época el comportamiento del artista empezó a cambiar, volviéndose errático y violento. En 1924ingresó en una institución mental, enfermo de esquizofrenia. Según se especuló más tarde, la enfermedad pudo desencadenarse por la toxoplasmosis, una infección parasitaria contagiada por los gatos que tanto adoraba, la misma enfermedad que, por cierto, aniquiló al drogadizo Tommy en “Trainspotting”.
Los gatos de su última etapa, cuando estaba internado en un hospital en el que le permitían convivir con gatitos, ni siquiera representan gatos sino figuras fractales propias de visiones alucinatorias o lisérgicas. Los mininos juguetones de tan sólo unos años antes se convirtieron en criaturas intimidantes, una suerte de caleidoscópicas deidades hindúes, describe Richard Metzger en Dangerous Minds.
Louis Wain murió en 1939, días después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. En vida tuvo como valedor al escritor H.G. Wells, mientras que en muerte ha sido recuperado por el cantante Nick Cave, el líder de las Malas Semillas, quien organizó una retrospectiva de los gatitos de Wain en 2009.
Fuente: http://www.cookingideas.es/louis-wain-20110512.html

lunes, 9 de mayo de 2011

El caos coherente de Ceesepe

Su recorrido profesional abarca desde el cómic hasta la madera. Su vida se reparte entre Madrid y París. Y su carrera comenzó en la época de la movida madrileña y llega hasta hoy. Se podría decir que el cambio es el pan de cada día del artista Carlos Sánchez Pérez, conocido como Ceesepe. La trayectoria del creador madrileño, que empezó con unos tebeos crepusculares en los años 70 y que el pasado abril recibió del Consejo de Ministros la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, protagoniza una exposición que se inauguró el pasado viernes en el Ateneo de Madrid. Se podrá visitar hasta el próximo 27 de mayo.
"Dibujos, pinturas, serigrafías, impresiones digitales". Al otro lado del teléfono Ceesepe enumera los distintos tipos de obras que estarán en la exposición. También estarán los personajes y las situaciones surrealistas que pueblan algunas de sus creaciones. "A veces añado imágenes que se me ocurren sobre la marcha. Es cierto que algunas figuras que represento tienen un punto literario de misterio, pero también tengo trabajos muy geométricos".
Jacobo Fitz, de Espacio Valverde, que se ha encargado de la organización de la exposición, la resume con un concepto muy gráfico: "Es como entrar en la mente del artista. Es un ambiente muy saturado, no es la típica muestra con un cuadro cada mil kilómetros". Tal vez sea esa la única manera para exponer la trayectoria de Sánchez Pérez, artista "autodidacta", según sus propias palabras. "Experimento mucho, aprendo trabajando. Avanzo por etapas. En dos o tres años me doy cuenta de que una técnica la tengo muy vista y paso a la siguiente", asegura Ceesepe.
Un caos aparente e impulsivo que sin embargo cuenta con cierta coherencia interna. "Selecciono las imágenes que me fascinan, no intento mandar mensajes con mi arte. Una cosa me lleva a la otra, un trabajo anterior complementa el siguiente", sostiene el creador madrileño. Así, por ejemplo, el aprendizaje de un viaje a Bali le ha venido bien para la fase actual de su carrera. "Descubrí con unos artesanos locales cómo modelar la madera. Ahora hago relieves y cajas", cuenta Ceesepe.
También se dedica a otro ámbito que poco tiene que ver con el primero: "Estoy trabajando con el ordenador. Te permite hacer de todo con las imágenes: estirarlas, darles luz". El avance irrefrenable de la evolución artística de Ceesepe solo parece tener una regla: no prevé vuelta atrás. Sería difícil ya que se le "olvidan" las cosas y ahora reconoce que sería "incapaz" de volver a dibujar historietas.
Tampoco tienen vuelta los cambios experimentados por su ciudad respecto a la época de la movida, de la que Ceesepe se convirtió en un símbolo. "Se vive mejor, aunque habito en el centro y a veces es un caos", afirma el artista, que se dice seguro de que él ha cambiado más que Madrid. "La vida del ser humano es una putada. Cuando tu cabeza está bien, el cuerpo está hecho polvo. Y cuando la mente es una chota, el físico funciona. Aunque creo que estoy entrando en la edad perfecta", tercia, con sus 52 años.
El artista, que vivió en Río de Janeiro, Nueva York y Buenos Aires, entre otras ciudades, ahora se sube cada dos por tres a un avión rumbo a París ("cuatro veces en los últimos dos meses"). Aún así, se ha cansado de viajar, ya sea porque prefería el tren o porque "ahora todo es igual. Vas a Pekín y parece el paseo dela Castellana". Sin embargo considera que la posibilidad de alcanzar cada rincón del planeta por un dinero al fin y al cabo asequible es "una de las cosas que hay que agradecerle al siglo en el que vivimos".
Estable e ilusionado, el artista madrileño desvelaba el viernes su entusiasmo por la exposición que protagoniza pero también su miedo por las previsiones de lluvia. Finalmente tuvo suerte y hubo sol. El enésimo cambio, aunque había de esperárselo: con Ceesepe, siempre están a la vuelta de la esquina.
Fuente: http://www.elpais.com/articulo/cultura/caos/coherente/Ceesepe/elpepucul/20110506elpepucul_6/Tes

sábado, 7 de mayo de 2011

Alberto Giacometti

Nace en Stampa, en el Cantón de los Grisones, en el año 1901. Es el mayor de cuatro hermanos, hijo de Giovanni Giacometti, conocido pintor posimpresionista, y de Annetta Stampa. Aprende de muy joven el oficio gracias a un clima cultural de excepción para el poblado de Stampa compuesto por pocos habitantes y guiado por su padre, quien lo inicia en su primer aprendizaje.
En 1914 modela dos retratos de sus hermanos Diego y Bruno. Comienza a dibujar copiando de los libros obras del arte antiguo. Estudió con pasión la Literatura, la Historia y las Ciencias Naturales.
En 1917 pinta su primera naturaleza muerta. Al terminar sus estudios en Schiers, en 1917, decide dedicarse al arte y frecuenta durante un año la Escuela de Artes y Oficios de Ginebra. En 1920 acompaña a su padre a Venecia con motivo de la XII Bienal, donde tiene el primer contacto directo con los mosaicos de San Marcos, los cuadros de Bellini, las grandes series de Tintoretto y, en Padua, con los frescos de Giotto; visita Pisa, Florencia, Perusia, Asís , sitios que lo cautivan profundamente.
En su permanencia en Roma durante nueve meses, concentra su atención en la escultura egipcia, en los mosaicos y frescos paleocristianos y en Borromini. Conoce la pintura futurista, copia obras antiguas y pinta retratos y paisajes puntullistas.
En 1922 se marcha a París con la ayuda de su padre, asiste al taller de Archipenko y durante tres años a los cursos de Bourdelle en la Academia de la Grande Chaumiere. En 1925 alquila su primer taller en la calle Friodevaux. En Francia recibe la influencia del arte de las Cícladas y del arte negro y de la escultura cubista de Laurens t Lipchitz. Expone por primera vez en el "Salón de las Tullerías". En el año 1927 se traslada a un modesto taller ubicado en la calle Maidron, donde trabaja en las esculturas chatas, ensaya las primeras estructuras abiertas que denomina "esculturas afectivas" e inicia las esculturas- objeto.
En 1929 conoce a Aragon, Breton, Eluard, Dalí y Ernst y se une al grupo surrealista; colabora en Minotaure, Le Surrealisme au service de la révolution y Documents.
En 1932 realiza su primera exposición individual en la galeríá Pierre Colle y talla en Hyéres, en piedra, algunas esculturas de jardín. Expone en los salones de Lévy, Nueva York, en el año 1934. Un año después, vuelve a trabajar el natural, solamente en la escultura, y durante un tiempo deja de pintar y dibujar.
Debido a un accidente automovilístico, en 1938, permanece internado varios meses en el Hospital Bichat , donde logra evitar que le amputen un pie quedando lisiado hasta el año 1945. Entre 1942 y 1945 vive y trabaja publicando libros y dibujos en la habitación de un Hotel en Ginebra.
En 1945 vuelve a París, donde conoce a Annette con quien contrae matrmonio en 1949. Crea esculturas minúsculas, algunas de las cuales no alcanzan a tener dos centímetros de altura. Expone, en 1948, en los Salones de Pierre Matisse, en Nueva Cork y, en 1951, en los de Aimé Maegth, en París. Publica algunos escritos en XX siécle, Verve y Derriére le Miroir.
Obtiene el gran premio de escultura en la XXXI Bienal de 1964 y se le adjudican los premios de las Fundaciones Carnegie y Guggenheim.
A pesar de una grave operación de estómago, viaja a Londres, Copenhague y Nueva York. Muere en Coria, el 11 de junio de 1966 y se lo sepulta en Stampa.
En la vida de Alberto no abundan los grandes acontecimientos, los viajes ni las aventuras sino un ambiente familiar ideal para su impulso hacia el arte.
Sus dudas y su temor al fracaso, lo condujeron a estar siempre insatisfecho con sus obras dejando muchas de ellas sin terminar.
Para ser un hombre totalmente libre e independiente redujo sus necesidades materiales a un mínimo indispensable y vivió modestamente, al día, casi al azar. El trabajo era su única disciplina y lo hacía sin descanso.
Si bien el origen del arte de Giacometti se compuso de dibujos, salvo algunos croquis, éstos no fueron utilizados por el artista como base de sus esculturas. Aplicó a la escultura lo que descubrió en el dibujo y devolvió al dibujo lo que encontró en la escultura. Sus figuras están únicamente de pie y de frente; se dejan contemplar permaneciendo inmóviles, perpetuamente de pie.
Fuente: http://www.indexarte.com.ar/artistas/29/alberto-giacometti.htm

martes, 3 de mayo de 2011

Picasso encontró en la rubia Marie Thérèse Walter la musa de sus sueños

Cuando Picasso conoció a la rubia musa de sus sueños ella tenía poco más de quince años y él 46. Hay quienes sostienen que se cruzaron por primera vez en la estación Saint Nazare, otros en la puerta de Galerie Lafayette. Lo cierto es que la joven cambió radicalmente su pintura. Animado por la pasión el genio volvió a comenzar de nuevo como si fuera otro pintor.
El resultado es una serie de retratos bendecida por el alto coleccionismo cada vez que los cuadros salieron al ruedo de las ventas. El sueño y El espejo marcaron el ingreso del malagueño en pinacotecas que hicieron historia. Le toca el turno ahora a La lectura que será rematado el martes próximo con un estimado de 18 millones de libras esterlinas, después de una gira europea con escala en las grandes capitales como es tradición cuando una obra "calidad museo" es ofrecida en pública subasta.
Considerado de manera unánime el pintor más grande de todos los tiempos, el más fecundo e innovador, Picasso integra el ranking de los récords con dos cuadros que ilustran su capacidad, casi feroz, para saltar de un estilo a otro dispuesto a correr todos los riesgos abandonando la seguridad del éxito conocido.
El mismo artista pintó el Desnudo con hojas (el cuadro más caro del mundo) y Muchacho con pipa, un retrato del período rosa que exhibe la serenidad de la belleza en estado puro.
Marie Thérèse Walter y Picasso tuvieron una hija llamada Maya que inspiró varios de los más tiernos retratos del malagueño.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1346163-picasso-encontro-en-la-rubia-marie-therse-walter-la-musa-de-sus-suenos